El momento del baño es maravilloso para todos, en el caso de Marta casi mágico, se relaja, la bajan las pulsaciones… Durante 10 meses no había podido disfrutar de ello y en los últimos 2 meses después de mucho insistir sus padres y un verdadero periplo para movilizarla y sentarla en una silla de baño normal conseguíamos bañarla cada dos o tres días. Desde hace un par de semanas y gracias a una beca de la Fundación Cadete, hemos adquirido una maravillosa silla específica para ella, ahora Marta puede volver a disfrutar de su baño con seguridad y facilitado mucho la labor de sus cuidadores. ¡GRACIAS!